Hace ya mucho de lo que llamamos una vez nuestro mundo, Arsu, hace ya mucho de ciudades gloriosas como Dragonir o Indul, de dioses y arcángeles, de seres de gran corazón y bravía eterna, de seres como tu mi amor.
Escribo ya estas páginas porque finalmente mi labor aquí ha concluido, 20 años después de la “Caida de los Dioses”.
Será posible olvidar que el gran Pelor, o debería decir Gabriel, me eligió a mí, para ser la guardiana de Helena, imbuyéndome de todo su poder para luego dárselo a Ella cuando esté lista. Ese día ha llegado mi vida, y voy junto a ti, donde quiera que estés.
A pesar de la muerte de los dioses, la esperanza reside en Ella. 20 años de miseria, destrucción y crueldad hemos tenido que soportar pero llegó la hora, Helena estará ahora ocupando su lugar para enfrentar a Asmodeus. Hasta ahora me es imposible aceptar esta realidad, esta realidad en la cual hemos vivido 20 años bajo el yugo de un único dios maligno y despiadado, Asmodeus. ¿Hubiera sido peor si Iblis no hubiera sido derrotado?, los otros Señores se dieron cuenta muy tarde de que habían servido de marionetas para la causa de Iblis y ahora no son más que un vago y estúpido recuerdo de esos seres que alguna vez fueron dioses. Iglesias de Hextor y Nerull ahora convertidas en mercados y fosas. ¡Si tan solo hubieran comprendido que eran simples marionetas de un poder oculto hace mucho tiempo!
Nunca deja de asombrarme la sabiduría infinita del Antiguo Señor quien creó a los mortales. ¡Sin nosotros, esas horribles criaturas no pueden existir!, somos su razón de ser, así como lo éramos de nuestros dioses y ahora de Helena, quien nos acogerá a todos bajo sus brazos.
Con Iblis destruido, el poder del mal ha sido mermado en gran cantidad, pero ¡bajo qué costo! Todos Ellos han muerto, todos los Arcángeles del Señor muertos, y aún hay un poder fortísimo en Baator: Asmodeus, el mismo que arrasó con El Abismo, empujándolo hasta el Plano Elemental del Caos poniendo fin así a la Guerra de Sangre.
Vienen tiempos mejores, veo niños que serán el poder de Helena más adelante, y veo esperanza.
Pensé estar con Helena un poco más, pero este poder me ha consumido y moriré al dárselo, y ¡con qué dicha lo hare!, El poder de Helena combinado con el de Gabriel será enorme, sólo comparable al de esa bestia que reside abajo.
Nuevos héroes aparecerán, y triunfarán bajo la mirada protectora de Helena. ¡Arsu aún está aquí!, y sus héroes acabarán con esas bestias que aún no han comprendido su lugar en este nuevo mundo en el que la corrupción de los demonios ha manchado los corazones de muchos de sus habitantes.
Y así me despido amor mío, a cumplir con mi deber y a elevar a Helena a su identidad divina.
Tus actos, Señor de los Phoenix, serán recordados por siempre, Belydshe, amor mio.
Marion, de Pelor.